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Hablando de innovación, cuando me invitan a construir una propuesta para realizar en cuatro meses el cambio cultural de una compañía, no se si asustarme o entristecerme. Y me surge la pregunta: será que entendemos lo mismo por cultura? Pienso también en las múltiples ocasiones en que he escuchado en diferentes ámbitos frases como “aquí no hay cultura” o “esto es problema de cultura”, como si se tratara de algo etéreo, que sucede ajeno y fuera de cada uno de nosotros.

Recuerdo también cómo hace un par de años cuando me encontré por primera vez frente al reto de acompañar una empresa en su transformación cultural hacia la innovación, me pregunté lo mismo: Qué entendemos por cultura? Porque más allá de tener una única definición o de generar discusión sobre un significado, sí es útil y necesario tener un concepto compartido entre quienes se lanzan a la aventura de construir o cambiar cultura.

La UNESCO define Cultura “…como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.”

Rasgos distintivos… creencias compartidas, hábitos comportamientos. Todo aquello que hacemos de manera “natural”, casi automáticamente. Entonces, si les pidiera cerrar los ojos en este momento e imaginar cómo se “ve” su entorno (empresa o lugar de trabajo, su área, el equipo de personas con que se relacionan) cuando existe una cultura de innovación, qué responderían? Qué estarían haciendo las personas? Cómo se comportarían? Que sucedería? Qué sería diferente a como es hoy? Y, cómo serían en su día a día cada uno de ustedes?.

La imagen que cada uno tenga sobre cómo se ve esa cultura particular puede ser diferente, los elementos que identifican a una compañía como innovadora son muchos: Una estrategia enfocada en la innovación, conocimiento profundo del consumidor, capacidades de co-crear y ejecutar con excelencia, talento superior. Sin embargo más allá de estos elementos individuales, es la cultura de la empresa lo que la hace innovadora: la forma de pensar, sentir, actuar y las creencias que determinan los comportamientos y las decisiones que toma cada persona de la organización en determinado momento.

El dicho “La Cultura se desayuna la Estrategia” refleja la importancia que ésta tiene en el desempeño general de una empresa.

Un marco conceptual muy útil para entender como se alinean los diferentes elementos que contribuyen a la construcción de una cultura de innovación es el propuesto por el Profesor Rao (Rao & Chuán, 2013). Su modelo considera componentes tanto racionales como emocionales, organizados en 6 bloques, 18 factores y 54 elementos. A continuación el listado general de los 6 bloques y los 18 factores que los componen:

COMPONENTES RACIONALES:

  1. Recursos: Personas, Sistemas, Proyectos
  2. Procesos: Ideación, Concreción, Realización
  3. Resultados: Externos, Corporativos, Individuales

COMPONENTES EMOCIONALES:

  1. Valores: Emprendimiento, Creatividad, Aprendizaje
  2. Conducta: Impulso, Compromiso, Facilitación
  3. Clima: Colaboración, Confianza, Simplicidad

En mi experiencia, resulta bastante efectivo alinear la construcción de cultura a un modelo de cambio organizacional, con acciones concretas y simultáneas sobre 4 ejes:

  1. Propósito: Organizacional y Personal.
  2. Liderazgo y Rol model.
  3. Procesos y Estructuras.
  4. Habilidad y conocimientos.

 

Requiere esfuerzo? Si. Porque construir cultura de innovación no ocurre por accidente sino por diseño.

Es imposible de lograr? No.

Por último les preguntaría, consideran que eso va a ocurrir en cuatro meses?.

Rao, J., & Chuán, F. (2013). The Discipline and culture of innovation. Barcelona: Profit.

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