Debo comenzar contándote qué significa para mi ser un catalizador de innovación y por qué decidí tomar este titulo en lugar de “consultor de innovación”.
Hace un par de años mientras me encontraba aún trabajando como Gerente de Cultura de Innovación en una maravillosa empresa de Venta Directa en Perú, tuve la oportunidad de colaborar con un grupo de Catalizadores de innovación de la firma Inglesa Nowhere Consulting. Desde la primera vez que los escuché presentándose como “Catalysts” (Catalizadores), algo resonó dentro de mi. Seguramente fue hacer una conexión inmediata con mi formación de Ingeniera Química y recordar la importancia de los catalizadores en las reacciones: un catalizador es ese elemento que modifica la velocidad de una reacción. Un elemento externo que ayuda a que los componentes principales puedan lograr su objetivo: obtener un nuevo compuesto.
Y como persona que ha trabajado sus casi 20 años de experiencia profesional en innovación, eso es lo que soy: un agente que facilita el cambio, que ayuda a que la transformación y la innovación sea posible para equipos de trabajo y empresas que buscan generar valor.
Ahora si, te comparto mis 7 mayores aprendizajes como Catalizador de Innovación, espero te sean de utilidad, si tu intención es ayudar a promover la innovación:
1. Promover la innovación inicia con la construcción de un lenguaje común.
Cuando una empresa me pide ayuda porque quieren crear una cultura de innovación, mi primera pregunta siempre es “¿Qué significa innovación para la empresa? Luego les pido que cierren los ojos y se imaginen cómo se ve la empresa, cómo se comportan los equipos de trabajo cuando ya existe esa cultura de innovación. Y es que uno de los más grandes aprendizajes como catalizador de innovación, es no dar por hecho que todos en la empresa o en el equipo de trabajo tienen la misma definición de innovación y asumir que tienen claro a que se refieren con Cultura de Innovación. Por esto el rol de un catalizador de innovación es ayudar en la construcción de un lenguaje compartido, de una definición y visión de lo que se quiere lograr.
2. No todos están dispuestos a hacer el trabajo duro que requiere innovar
Hablar de innovación en general es emocionante. Mas aún son muy pocas las personas que abiertamente declaran que NO es necesario innovar. Y es que, la visión que muchas empresas han construido alrededor de la innovación tiene mas que ver con la diversión de las sesiones de ideación que con el esfuerzo que requiere sacar adelante un nuevo concepto. En mi rol del catalizador de innovación aprendí que las empresas que realmente son exitosas innovando, son aquellas cuyos equipos de trabajo tienen la imaginación, la energía pero sobre todo el compromiso para movilizar las nuevas ideas hacia proyectos concretos. Una y otra vez he visto como la perseverancia, vence al chispazo de “la buena idea” .
3. Cómo es el liderazgo es la cultura de innovación
¿Has escuchado la frase “la cultura se desayuna la estrategia”? Pues se puede extrapolar perfectamente al liderazgo. He aprendido que sin el compromiso genuino de los lideres hacia la innovación, es muy difícil lograr resultados innovadores. No es suficiente que los lideres “declaren” su apoyo a la innovación, es realmente necesario que creen los espacios y faciliten los recursos para que los equipos resuelvan retos que importen. Como catalizador de innovación, un rol estratégico es ayudar a la alineación de la estrategia y los objetivos del negocio con los esfuerzos de innovación, y a crear nuevas maneras de trabajar y comunicar desde y hacia las posiciones de liderazgo en la organización.
4. Lo que se mida y se premie es lo que sucederá
Una de las frases que mas escucho de personas dentro de las organizaciones es “¿A qué horas voy a innovar con todo el trabajo que tengo?” y es que más allá de la idea romántica de lograr una cultura donde todas las personas “son innovadoras”, es importante reconocer que el tiempo y la energía en el día a día es limitada por lo que los esfuerzos de los equipos de trabajo se concentrarán en lograr aquello por lo cual serán medidos y usualmente “recompensados”. Un rol muy importante y poco reconocido del Catalizador de innovación es promover y colaborar con la alienación de indicadores de desempeño (usualmente enfocados en los resultados de crecimiento del año), con objetivos e indicadores tangibles de innovación (mediano y largo plazo).
5. Es muy fácil caer en el autoengaño de la buenas ideas
Una de las cosas más difíciles que, como Catalizador de Innovación he aprendido que debo decir lo antes posible a cualquier equipo que quiera innovar es que “una idea no vale nada, si no eres capaz de hacerla realidad”. Por muy duro que esto suene es totalmente cierto: ¿De qué vale tener un portafolio de buenas ideas, incluso valorizadas en millones de dólares, (como he visto en algunas empresas), si no se cuenta con las capacidades, ni los recursos para llevarlas a cabo? Más aún, ¿para qué tener un portafolio de “buenas ideas” que no responden a retos estratégicos, o que no capitalizan oportunidades y que no resuelven ningún dolor o necesidad de las personas? Este es un aprendizaje difícil de interiorizar para la mayoría de las empresas; sin embargo la experiencia me ha ensañado que es mucho más estratégico concentrarse en identificar retos importantes que valga la pena resolver antes de generar “la mayor cantidad de ideas posible”.
6. Alcanzar la disrupción requiere de muchos ensayos
Las historias de las grandes innovaciones (y los grandes innovadores) que admiramos algunas veces presentan una imagen equivalente a un gran “big bang”, ese gran chispazo revelador a partir del cual surge una gran innovación. Mi experiencia y aprendizaje es que lograr una gran innovación es solo el resultado de muchos ensayos previos, algunos fallidos, otros exitosos y todos generadores de aprendizajes para avanzar. El rol de un catalizador de innovación es ayudar a los equipos de trabajo a desarrollar la mentalidad de diseñar y ejecutar “pequeñas apuestas”, ensayos cada vez más arriesgados para avanzar hacia lograr una verdadera innovación.
7. El cambio comienza en la persona
Durante mucho tiempo dediqué mis esfuerzos y atención a aprender los “como” innovar, es decir a practicar las metodologías y procesos que facilitan la innovación. Por supuesto esto ha sido decisivo tanto en los proyectos que lideré como para los procesos de empresas que acompaño. Sin embargo, uno de mis mayores y mejores aprendizajes en el camino de ser Catalizador de Innovación ha sido que, las metodologías y los procesos son herramientas y como tales, su uso y lo que se logre con ellas depende de quien las use. Por eso, mi mayor rol como Catalizador de innovación es trabajar el cambio desde la persona, creo profundamente que si no somos capaces de transformar nuestra propia manera de pensar y de actuar, es poco probable que seamos capaces de transformar nuestro entorno.
Espero que hayas encontrado algo de inspiración y orientación en este articulo, me encartaría escuchar tus opiniones y experiencia al respecto.